martes, 22 de mayo de 2007

VANIDAD

Vanidad de vanidades”, dijo Salomón refiriéndose a la vida en general. Pero en lo particular las vanidades pueden y nos llevan a extremos lamentables. Si uno nació con una verruga negra enorme en el cuello o la cara, resulta positivo hacérsela extirpar; lo mismo que un lunar demasiado evidente, molestoso o antiestético. Que uno tenga la boca torcida o una dentadura malformada, es de rigor ver la forma de corregir el defecto. Aun en el caso de que la nariz no guarde la debida proporción con el resto de la cara, se entiende que una persona quiera someterse a una dolorosa y riesgosa operación quirúrgica para darse un atractivo mayor, o simplemente para sentirse más a gusto consigo mismo.

Pero aquello de “sáqueme grasa de acá”, “aumente la proporción allá”, “hágame los labios más gruesos”, “disminúyame las ojeras”, “Hágame una nariz más aguileña”, “póngame más glúteos”, “póngame un arito aquí, otro allá, otro más acá, otro…” etc., etc., etc.

¿A quien se le pide que haga esas operaciones? ¿A quien le doy la autoridad y la autorización para que toque, manipule, hurgue y haga reformas en mi cuerpo? ¿Qué seguridad obtengo por dar esta autorización a alguna persona extraña? Y ¿Qué me motiva a realizar esos cambios en mi cuerpo?... ¡La Vanidad!

¡No se diga que es autoestima, porque el cuerpo ayuda pero no determina la autoestima!. Tampoco podemos hablar de la belleza porque la belleza es un concepto muy subjetivo, y si algo tiene que ver con el cuerpo es solamente gracias a los patrones de belleza creados por los industriales y comerciantes de la moda.

La única razón, la única motivación para arriesgarse a hacer cambios en el cuerpo es la vanidad, y la vanidad es solo eso, Vanidad, o sea vano, inútil, soso, porque de todas maneras aún los cuerpos más hermosos y turgentes decaen, degeneran, envejecen.

Si los Centros de Estética proliferan es porque fomentamos la vanidad en las personas y entonces el verse apetecible, deseada, sensual se convierte en una necesidad que debe ser llenada a cualquier costo, y dicho costo suele ser mucho más que los miles de dólares y los daños posibles al cuerpo que hemos visto en las noticias. Realmente hay daños aún mayores, al menos en los casos que hemos visto, las denuncias se enfocan en la “mala práctica” de alguien con nombre y apellido, pero…

¿A quien acusamos por la epidemia de Anorexia que va cundiendo rápidamente destruyendo vidas, familias, patrimonios, relaciones, etc.?

¿Y a quien podemos acusar por todas esas mentes jóvenes, algunas brillantes, que porque no responden a las medidas de la belleza o el atractivo físico, dejan los estudios, se echan a la bebida o a las drogas? ¿O aquellos que por demostrar su sensualidad se convierten en objetos sexuales de otros o tienen embarazos, practican abortos o se contaminan con el VIH?

¿Quién es el culpable por muchas de las rebeldías de hijos inconformes con la raza o el tipo físico de sus padres, las infidelidades porque “mi mujer” o “mi marido” ya no está a la moda, la liberalidad sexual y muchos daños y taras más?

Hay quienes son muy rápidos en responder que es la nueva moralidad, y que vivimos tiempos modernos y que esas ideas ya están pasadas de moda. Pero lo cierto es que este tipo de comentarios y la siempre apelada “hipocresía social”, han existido desde los albores de la humanidad. No es nada nuevo ni moderno. No es patrimonio ni de nuestros abuelos ni de la edad actual ni lo será en el futuro. La sociedad sigue siendo hipócrita como antaño, aunque quizá la diferencia esté en que ahora se fomenta la vanidad como un valor humano. Esa hipocresía es aun mayor.

Porque no se puede ser menos corrupto legalizando la corrupción, ni se es menos ladrón porque todos el mundo robe. Tampoco se puede ser más limpio porque todos estén igualmente enlodados ni se es más veraz porque todos mientan. En Santa Cruz nadie fabrica ni envasa mal caviar, sencillamente porque nadie lo hace. Pero mucha gente hace cuñapés y algunos los hacen muy mal.

Si los centros de estética no tuvieran clientes vanidosos, no tendrían razón de existir, y el número creciente de ellos hace más claro el nivel de vanidad en que vive nuestra población, y a mayor cantidad de practicantes de reformas al cuerpo, mayores los riesgos de prácticas deficientes.

Tarea difícil cambiar los patrones comerciales de la belleza por valores realmente deseables para nuestros niños, adolescentes y jóvenes, pero aunque los padres hagan un pequeño esfuerzo en mostrar a sus hijos los verdaderos valores humanos, será un pequeño pero significativo avance y al menos estaremos librando a nuestros hijos de los riesgos de los malos practicantes de la belleza. Porque hay otra belleza que no se marchita y que es espiritual, interna, del carácter, que no será tan evidente pero al paso de los años es la que se aprecia mejor y establece mejores matrimonios, familias y vidas. Fomentemos esa belleza que no está sujeta a riesgos de ninguna clase.

1 comentario:

Mr. J dijo...

A la conclusión que llegó Salomón en el libro de Eclesiastes es como tú lo apuntaste " vanidad de vanidades" pero te falto el remate de esta frase famosa y es : "TODO es vanidad", Pero la vanidad no solo se hace obvia en lo físico, sino que la mayoría de las veces es interior y por vanidad te aseguro que se cometen sino todos entonces la mayoría de los pecados y crímenes del mundo.

El hombre, es incapaz de cambiar nada en el orden del mundo, es impotente ante las injusticias que a diario se producen a su alrededor. No existe cosa alguna que no concluya en el juicio de Dios.

Para saber si algo en tu vida es vano entonces piensa he imagina si realmente tiene valor...me explico, imagínate al borde de una muerte dolorosa y triste y piensa que sería lo más importante para ti en ese momento y te aseguro que te darás cuenta de que muchas cosas que valoras quedan sin valor y parecen insignificantes y te aseguro que lo son.

La definición de vanidad según la enciclopedia Wikipedia es la siguiente:
"La vanidad es la excesiva confianza y creencia de la propia capacidad y atracción muy por encima de otras personas y cosas."